En las instalaciones de un reconocido Centro Comercial de la Ciudad Panamá, el pasado viernes 22 de noviembre, se llevó a cabo una Conferencia denominada: INTELIGENCIA TRANSPERSONAL, la cual estuvo a cargo de José María Doria (Fundador y Director de la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal). Durante su intervención, Doria explicó en términos sencillos y con una grata jovialidad el significado y la importancia de la también conocida inteligencia del corazón.
Este tipo de inteligencia, consiste en el flujo de la conciencia, la
comprensión y la intuición que experimentamos cuando la mente y las emociones
se ponen en la alineación coherente con el corazón. Se puede activar a través
de la práctica, por iniciativa propia, y cuanto más
nos enfocamos a lo que sentimos,
mayor es nuestra capacidad de acceder a esta información.
"El corazón no puede ser visto sólo como una metáfora romántica y de sentimientos"... El corazón es mucho más que eso. "José María Doria".
El corazón no es solo el motor de nuestro organismo, también emite señales electromagnéticas y produce hormonas que inciden directamente en el cerebro y afectan a nuestras emociones y nuestra forma de pensar.
Los recientes descubrimientos de la neurocardiología han aportado nuevas y sorprendentes explicaciones científicas a esta consabida interrelación entre los pensamientos y las emociones, entre nuestro corazón y nuestro cerebro. La neurocardiología ha puesto en evidencia que el corazón actúa con cierta autonomía, que tiene su propia inteligencia y que manda en todo momento bio-informaciones al cerebro que afectan profundamente al funcionamiento del mismo.
Cuando estamos sintiendo frustración o rabia, las señales del corazón son inestables y caóticas. Cuando sentimos amor, compasión o gratitud, las señales son estables y ordenadas. O sea que de su buen o mal funcionamiento depende no solo nuestro bienestar o malestar, sino también el de las personas que nos rodean. La idea de que hay personas tóxicas que hay que evitar y personas cuyo trato nos enriquece y nos aporta paz espiritual cobra, con estos conocimientos, una convicción mayor.
En cierto modo, las emociones son la consecuencia de la regulación del sistema nervioso autónomo (SNA).Como es bien sabido, el SNA está compuesto por dos ramas o sistemas de funciones contrapuestas: el simpático, que acelera los ritmos vitales (el causante del estrés), y el parasimpático, que los frena y reduce (estimulado mediante descanso y relajación).
Una función cardíaca armónica solo se consigue cuando hay equilibrio
entre estos dos sistemas, el simpático y el parasimpático. En un extremo
tendremos la ansiedad, el estrés, la agresividad y las emociones
negativas. En el otro extremo, la pasividad, el aplatanamiento
improductivo, la falta de energía vital.
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